También denominada calciferol, la vitamina D puede proceder de la alimentación o sintetizarse en la piel a través de la exposición al sol. Zoom sobre esta vitamina esencial para nuestro organismo.
La vitamina D es conocida principalmente por su cometido clave en la mineralización ósea. Se trata del proceso que permite la formación y el mantenimiento de la salud de nuestros huesos y nuestro esqueleto en general. La mineralización tiene lugar a través de la fijación de minerales como el calcio y el fósforo en una parte del hueso.
Además, la vitamina D interviene en todas las reacciones y transformaciones que ponen en juego el calcio y fósforo en nuestro organismo. Estos procesos se agrupan con el nombre de metabolismo del calcio y el fósforo. Su segunda denominación: calciferol, calci- de calcio, es una prueba de ello.
Sin embargo, ya no se limita a esta función y en los últimos años ha suscitado un interés creciente. Su campo de acción se extiende a otros muchos procesos fisiológicos como la protección de las funciones y de las estructuras de las neuronas o la inmunidad.
En un primer momento, la vitamina D se definió como una simple vitamina en el siglo XX, lo que explica su nombre. Al igual que las demás vitaminas, puede aportarse a través de la alimentación. Sin embargo, también se sintetiza bajo los efectos del sol, lo que le impide entrar la misma clasificación que las demás vitaminas. Por tanto, actualmente es reconocida como una hormona.
Existen dos formas principales: la vitamina D2 o “ergocalciferol” y la vitamina D3 o “colecalciferol”. Estas dos formas de vitaminas tienen estructuras muy similares y sólo difieren por una pequeña parte de la molécula. También se diferencian por su origen: la vitamina D2 es un derivado de fuentes vegetales o de hongos. En cuanto a la vitamina D3, se sintetiza en la piel humana y, en menor medida, es aportada por la alimentación. Se encuentra en particular en algunos productos de origen animal. Tiene mayor eficacia que la forma D21.
Como hemos visto anteriormente, la vitamina D se puede producir en la piel, en la capa denominada epidermis, o bien ser aportada por la alimentación. Por tanto, se distinguen dos tipos de orígenes: exógeno, porque resulta de un aporte externo, y endógeno porque la síntesis se produce dentro del cuerpo humano. Sin embargo, la vitamina D3 sólo está presente en pocos alimentos y en una pequeña cantidad. Por este motivo, la principal fuente de vitamina D3 es la síntesis que se realiza por la piel gracias al sol.
La síntesis de la vitamina D3 se realiza durante la exposición al sol gracias a la radiación ultravioleta B (UVB).
En las últimas dos décadas, el conocimiento del metabolismo de esta vitamina ha mejorado considerablemente. Ahora sabemos que la vitamina D de origen alimentario se absorbe en el intestino delgado, particularmente gracias a los transportadores del colesterol. Después de la absorción, es transportada al hígado.
La vitamina D sufre una primera transformación en el hígado, denominada hidroxilación. Después circula en la sangre, gracias a una proteína de transporte, para llegar al órgano donde ejercerá su acción. Entre estos órganos se encuentran los riñones, los intestinos o los huesos. Es esta forma de vitamina D la que se mide en la sangre para determinar si una persona tiene carencia de vitamina.
Después de una nueva hidroxilación, se encuentra en su forma activa: la 1,25‑dihidroxivitamina D: esta forma tiene una vida útil muy corta y, por ello, esta última transformación se produce en el órgano en el que la vitamina D ejerce su acción final.
El metabolismo de la vitamina D requiere la intervención de muchos actores como las enzimas, las proteínas o incluso los cofactores. Como su propio nombre indica, deben estar presentes para garantizar el correcto desarrollo del metabolismo de la vitamina D.
Entre ellos se encuentra el magnesio, necesario para el paso a la forma activa de la vitamina D. Otros nutrientes, como el calcio o el zinc, también son importantes en todas estas reacciones y transformaciones. Esto destaca la importancia de aportar todos estos nutrientes para que todos los engranajes de la maquinaria puedan funcionar correctamente.
La vitamina D permite regular los niveles de calcio y fósforo en el plasma. El plasma es la parte líquida de la sangre, donde se encuentran los glóbulos rojos y blancos, así como las plaquetas. Esta regulación puede realizarse de tres formas distintas:
Por absorciar absorcion intestinal
Si no hay suficiente calcio en la sangre, la vitamina D puede extraer el calcio presente en los intestinos para “recargar” el plasma.
Por excrecion renal
Para que la cantidad de calcio en el plasma se mantenga estable, la vitamina D puede aumentar o disminuir la excreción de calcio en la orina.
Por movilizacion del calcio de los huesos
Se trata de la precipitación del calcio por el hueso para aumentar la cantidad de calcio en el plasma. Este fenómeno se denomina resorción ósea.
Estos mecanismos se basan principalmente en la interacción entre la vitamina D y su receptor: el vitamin D receptor.
La vitamina D también permite la formación y el crecimiento de los huesos al estimular los niveles de calcio y fosfato en el plasma2. Esto explica por qué un aporte insuficiente de vitamina D puede tener importantes consecuencias sobre la salud de los huesos, pero también de los dientes y del cartílago. En efecto, una carencia de vitamina D puede alterar la mineralización de los huesos: entonces, el esqueleto se fragiliza.
Aunque las otras muchas propiedades de esta hormona se han desconocido durante mucho tiempo, son igualmente esenciales para el funcionamiento del organismo.
Se han realizado numerosos estudios6 para determinar el efecto de una eventual complementación con vitamina D durante el embarazo. En general, un aporte superior a la recomendación actual de vitamina D parece reducir el riesgo de diabetes gestacional. Como su nombre indica, esta forma de diabetes se manifiesta temporalmente, durante el embarazo. Esto causa una intolerancia a los hidratos de carbono con un aumento del nivel de azúcar en la sangre, lo que puede suponer un riesgo para el feto.
Además, las mujeres embarazadas suelen tener un aporte de vitamina D inferior a las recomendaciones7. Las deficiencias graves pueden ser responsables del retraso en el crecimiento o de malformaciones del esqueleto en los niños.
La gran polivalencia de esta hormona sugiere que todavía presenta numerosos intereses en muchos campos de la salud. En efecto, la vitamina D representa una esperanza para el tratamiento de muchas enfermedades inflamatorias, por su efecto sobre el sistema inmunitario. También parece que existe una relación entre las migrañas y la carencia de vitamina D.
Con su carácter indispensable, es fundamental garantizar un buen aporte de vitamina D.
¿Por qué la población tiene carencias?
El consumo de vitamina D por la alimentación dista mucho de constituir un aporte suficiente: los alimentos ricos en esta preciosa vitamina son pocos y apenas se consumen en nuestras sociedades occidentales.
Por otra parte, la síntesis por la piel de la vitamina D depende de muchos factores:
Las personas consideradas “de riesgo” para estas carencias son los recién nacidos, los lactantes, las mujeres embarazadas y las personas mayores ya que pueden tener necesidades superiores que las demás y también estar subexpuestos al sol.
Las carencias de vitamina D tienen consecuencias en nuestro organismo. En los jóvenes en crecimiento, puede provocar deformaciones de la columna vertebral y una mineralización insuficiente de los huesos. De hecho, originariamente la vitamina D se denominaba “vitamina antirraquítica”. En el adulto, se encuentran los mismos problemas de formación y de salud ósea. En las personas mayores con osteoporosis, las consecuencias pueden ser peores. La disminución de la masa ósea, así como la alteración del tejido óseo, pueden provocar fracturas en caso de caída.
Inversamente, un exceso de vitamina D puede provocar hipercalcemia, es decir, una concentración demasiado elevada de calcio en la sangre.
Para conocer su situación respecto a la vitamina D, le recomendamos que consulte a su médico.
Actualmente, se estima que los aportes alimentarios medios son de 100 Unidades Internacionales (UI) al día. En términos de recomendación, la ANSES (agencia nacional francesa de seguridad sanitaria de la alimentación, del medio ambiente y del trabajo) propone una Referencia Nutricional para la Población (RNP). Este valor se define considerando que la síntesis “solar” es nula para cubrir las necesidades del mayor número de personas posible. Así, la RNP es de 15 µg/d o 600 UI/d para los adultos, sin distinción entre hombres y mujeres. Para los niños, esta RNP es de 400 UI.
Es importante recordar que la alimentación por sí sola no puede constituir un aporte suficiente de vitamina D. Sin embargo, puede contar con algunos alimentos que la contienen. Está presente principalmente en los productos de origen animal. El aceite de hígado de bacalao contiene 250 µg de vitamina D por 100 g 10. Afortunadamente, la vitamina D también está presente en alimentos que pueden hacer que sean más apetecibles. Está presente en el pescado azul como el salmón, el arenque, las anchoas, la caballa o el atún. La yema de huevo también la contiene, por lo que puede utilizarla para enriquecer sus recetas. Por último, los productos lácteos, la mantequilla o el zumo de naranja la contienen en menor cantidad. Sin embargo, actualmente existen en el mercado productos enriquecidos en vitamina D, que puede constituir un aporte muy interesante.
¿Le falta inspiración para cocinar los alimentos mencionados? ¡Que no cunda el pánico! Le ofrecemos nuestras recetas especiales vitamina D. ¡A cocinar!
Wraps de salmón y brotes de espinaca
Para 4 personas, necesitará: 4 tortillas de trigo, 4 lonchas de salmón ahumado, 200 g de brotes de espinaca, 1 limón, 4 cucharadas de nata enriquecida y unas ramitas de eneldo.
Pastel de atún y verduras de verano
Para 4 personas, necesitará: 1 masa quebrada, 1 calabacín, 1 berenjena, 2 bolas de mozzarella, 180 g de atún, 2 cucharadas de aceite de oliva, 1 manojo de albahaca.
Para alcanzar las recomendaciones nutricionales de vitamina D, puede ser necesaria una complementación.
La vitamina D se presenta en dos formas: emulsionada u oleosa.
También existen diferentes fuentes de complementación. La más similar a la vitamina D producida por nuestro organismo y, por tanto, la más asimilable es la lanolina. Se trata de una grasa obtenida a partir de la lana de oveja. La vitamina D también puede ser producida por los líquenes: se trata de una simbiosis natural entre un hongo y un alga. Hasta la fecha, se dispone de pocos datos científicos sobre la asimilación de esta forma y sobre la garantía de recursos renovables. Por último, el aceite de hígado de bacalao, ya mencionado, es una fuente interesante de vitamina D. Puede encontrar más detalles sobre esta información en la sección “Actifs” (Activos) de nuestro sitio web.
En cuanto al modo de ingesta, se distingue la ingesta diaria de dosis fisiológicas en pequeñas cantidades de la ingesta puntual de dosis elevadas denominadas “en bolo”. Según algunos estudios, estas últimas serían menos interesantes2.
Dado que sabemos que es difícil tener un aporte adecuado de vitamina D, le proponemos complementos alimenticios para recargar su organismo: VITAMINA D3 1000 UI es nuestra solución natural para recargar vitamina D: estas dos dosificaciones se presentan en soporte oleoso para una mejor absorción y en forma de cuentagotas para una precisión óptima.
En resumen, recordemos algunos puntos importantes de este dosier sobre la vitamina D. A pesar de su nombre, la vitamina D en realidad es una hormona. Su originalidad se basa en su doble origen: aportada por la alimentación o producida en nuestra piel. Esta producción no es evidente e intervienen muchos factores para que se lleve a cabo de forma óptima. Esto explica por qué no es fácil responder a las necesidades de vitamina D. Sin embargo, nuestra salud depende mucho de ello. Afortunadamente, con algunos consejos y una complementación adecuada, ¡es posible cubrir sus necesidades!
FUENTES
Nuestros equipo médico-cientifico està formado por Doctores en Ciencas, farmacéuticos, Naturópatas, Ingenieros...