Entre el auge de las nuevas tecnologías y los cambios de los ritmos de trabajo, nuestro sueño está sometido a una dura prueba. Sin embargo, es esencial para nuestra salud física y mental. En este dosier le damos las claves para dormir mejor gracias a una mejor comprensión de los mecanismos del sueño.
A menudo distinguimos a los pequeños dormilones de los grandes dormilones, porque el número de horas de sueño necesarias puede variar mucho de una persona a otra. En general, un adulto necesita una media de 7 a 9 horas de sueño.
Un ciclo corresponde a una alternancia de sueño lento y de sueño paradójico. Estas dos fases se distinguen principalmente por el nivel de actividad del cerebro. El sueño lento, como su propio nombre indica, se caracteriza por una actividad muy reducida. Dentro del sueño lento, se suceden 3 fases:
El sueño paradójico se caracteriza por una actividad cerebral similar a la que se produce cuando estamos despiertos. Además, es posible que ya haya observado movimientos rápidos de los ojos debajo de los párpados durante esta fase. También es el sueño de los sueños, los que se recuerdan al despertar.
El ritmo de sueño no es fijo: varía durante la noche. También cambia a lo largo de nuestra vida. En efecto, el sueño lento es más profundo durante el crecimiento y se aligera con los años. Es una de las causas probables de los trastornos del sueño relacionados con la edad.2
Gran estrella del sueño que quizá no le resulte desconocida: la melatonina. Hormona del sueño por excelencia, la produce una glándula situada en el centro del cerebro. En la oscuridad, al comienzo de la noche, su liberación ayuda a desencadenar el sueño. Lamentablemente, con la edad se produce cada vez menos, lo que puede explicar el aumento en la frecuencia de aparición de trastornos del sueño, especialmente en las personas mayores.
Existen otras hormonas del sueño que desempeñan un papel clave. Podemos citar, entre otras, la somatoliberina, cuya producción durante el día hace que cada vez tengamos más ganas de dormir. Inhibe progresivamente el funcionamiento de nuestro cerebro hasta que nos quedamos dormidos.2
¿Cuáles son los secretos para conciliar el sueño?
La conciliación del sueño es un fenómeno complejo, influenciado por muchos factores. Depende, en particular: del estado de cansancio, del estilo de vida, del consumo de alcohol o del entorno. Sin embargo, existen dos tipos de procesos que desempeñan un papel clave en la conciliación del sueño:
Como hemos visto anteriormente, los trastornos del sueño afectan a la vida de muchas personas. Existen algunos factores que puede alterar nuestro sueño: estrés, viajes y desfase horario o condiciones laborales.
Causas, consecuencias y tratamiento: hablemos de los trastornos del sueño más frecuentes
Insomnio puntual y crónico: cuando dormir es un desafío
Así pues, se trata de un problema de calidad y/o de cantidad de sueño.
El estrés y la ansiedad son los principales responsables de los trastornos. Son la causa de síntomas que son más difíciles de gestionar durante el día: irritabilidad, cansancio, dificultad de concentración y de memorización.
Hay que diferenciar el insomnio puntual del insomnio crónico. El primero suele estar relacionado con un estrés transitorio o un entorno poco adecuado. Sin embargo, desaparece en cuanto se recupera una situación estable y tranquila. Es posible que lo haya experimentado en períodos particularmente estresantes de su vida.
El insomnio crónico designa el insomnio que se produce más de tres veces por semana, durante al menos tres meses. Existen tres factores que pueden explicar el insomnio:
Afortunadamente, existen soluciones para superar este insomnio. A continuación figuran algunos ejemplos:
La apnea del sueño se caracteriza por paradas respiratorias que duran desde unos pocos milisegundos hasta varios segundos, que se producen al menos 5 veces por hora de sueño. Son provocadas por una obstrucción de la garganta por la lengua y por la relajación de los músculos de la faringe. Se trata de un conducto que pertenece a la parte superior de las vías respiratorias. Al menos el 5% de los adultos sufren apnea del sueño2. La frecuencia de este trastorno respiratorio aumenta con la edad y el sobrepeso. Pueden tener consecuencias importantes en la vida cotidiana: cansancio, somnolencia, irritabilidad y disminución de la libido.
Además, estas apneas también se manifiestan por un aumento de la presión de sangre en las arterias. Esto puede aumentar los riesgos de problemas cardiovasculares, hipertensión arterial y diabetes tipo 2.
Una vez realizado el diagnóstico en un centro especializado, se pueden aplicar diferentes tratamientos:
La enfermedad de Willis-Ekborn, más conocida con el nombre de síndrome de las piernas inquietas, afecta al 8% de la población española.2 Esta enfermedad se llama así con razón, ya que provoca una necesidad irreprimible de mover las piernas. También provoca sensaciones desagradables. Se manifiesta en reposo y después se acentúa por la tarde y durante la noche. Este fenómeno altera la conciliación del sueño y, a veces, incluso desorganiza y fragmenta el sueño. Se trata de un mecanismo todavía poco conocido, pero esta enfermedad de origen neurológico se asocia a un fallo del sistema dopaminérgico. Existen soluciones de eficacia variable, como la complementación con hierro, duchas frías o un tratamiento con dopamina, la molécula que permite la comunicación entre las neuronas.
Independientemente de la enfermedad, del insomnio clásico a la enfermedad rara, cada una tiene su tratamiento. Por tanto, le recomendamos que consulte a un profesional sanitario que será el único que podrá encontrar el tratamiento adecuado.
El sueño permite que el organismo se recupere tanto física como mentalmente. Además, desempeña papeles evidentes en nuestra salud en general. El sueño tiene un papel comprobado en los fenómenos de concentración, aprendizaje, memorización y orientación. ¡Esta es en parte la razón por la que un bebé duerme el doble que un adulto!2
El sueño también es un regulador de nuestro metabolismo. Se trata de todas las reacciones y transformaciones que se producen en nuestro cuerpo. Gracias a ello, el sueño preserva la energía al reducir nuestra temperaturacorporal a alrededor de 36°C por la noche.2
Es posible que lo haya notado, pero una falta de sueño a menudo se asocia con un aumento del apetito. Esto se explica por la alteración de algunas hormonas, como el cortisol. Ahora bien, si aumentamos los aportes calóricos y estamos demasiado cansados para realizar una actividad física, existe un riesgo de aumento de peso.
Aún no se ha dilucidado la implicación del sueño en otros aspectos de la salud cardiovascular, que es objeto de numerosos estudios.2
Un sueño de calidad permite resistir mejor las infecciones al potenciar nuestro sistema inmunitario. La privación de sueño provoca la alteración del número de células inmunitarias como los glóbulos blancos. Además, algunas infecciones requieren alargar la duración del sueño para permitir la síntesis de las moléculas que luchan contra la infección.1
Cenar ligero: sí, ¡pero cuidado con las falsas creencias! ¡Incluso de noche, su cerebro está activo! Necesita energía, pero cuidado con los antojos nocturnos. Le recomendamos consumir feculentos en la cena, que le aportarán azúcares lentos y facilitarán la producción de serotonina, indispensable para la secreción de la famosa melatonina. También es mejor no comer alimentos demasiado grasos, ya que puede alterar una hormona llamada orexina, que estimula el apetito y la vigilia. Además, los alimentos grasos y difíciles de digerir tienden a fragmentar el sueño.
En cuanto a la hora de la cena: ¡ni demasiado temprano ni demasiado tarde! La digestión aumenta la temperatura corporal y esto puede perjudicar el sueño. Idealmente, podemos cenar dos horas antes de acostarnos. Si ha cenado demasiado temprano, no dude en tomar un tentempié antes de acostarse.
Por lo general, una dieta variada y equilibrada, así como una buena hidratación le aportarán la energía necesaria para vivir bien su día.
Por último, es mejor limitar el consumo de alcohol. Si bien este falso amigo hace que sea más fácil conciliar el sueño en un primer momento, tiene un efecto de “retraso” perjudicial en el sueño. En efecto, induce despertares nocturnos frecuentes, e incluso insomnio al final de la noche. Es posible que lo haya observado: una persona que ha bebido demasiado tenderá a roncar. El alcohol, al inducir una relajación del tono muscular, es un factor agravante en los problemas respiratorios nocturnos como la apnea del sueño y los ronquidos.3
¿El triptófano significa algo para usted? ¡Puede convertirse en su aliado del sueño! Pertenece a los aminoácidos, pequeñas moléculas que componen las proteínas. Permite la síntesis de la serotonina en el cerebro, que regula el estado de ánimo y prepara para conciliar el sueño. Lamentablemente, nuestro cuerpo no es capaz de producir su propio triptófano. Por tanto, es fundamental aportarlo a través de una alimentación adecuada. Por suerte, está presente en muchas proteínas alimentarias y tiene muchas opciones para sus recetas de la cena. Aquí figura una breve lista:
También le recomendamos dar prioridad a su aporte mediante proteínas de origen vegetal, cuya digestión es más fácil. 4
Probablemente ya lo sabía, pero no nos cansamos de repetirlo: es preferible limitar el consumo de cafeína. Es un estimulante que puede complicar mucho la conciliación del sueño y, al igual que el alcohol, perjudicar la calidad de su sueño. Al despertar estará más cansado y necesitará… más café, ¡un círculo vicioso! Está presente, evidentemente, en el café y el té, pero también en el chocolate y las bebidas energéticas o a base de cola.
Por último, tenga cuidado con la nicotina, que también es un estimulante.4
Mucho más que un remedio de abuela, las infusiones desempeñan un importante papel en la conciliación del sueño. Tomar una bebida caliente en una bonita taza y dedicar un tiempo para sí mismo es agradable. El cerebro reconoce esta señal: es la hora de dormir. El calor de la bebida también induce sorprendentemente a una disminución de nuestra temperatura interna. Es el fenómeno de “sudoración”, que enfría todo el cuerpo. Además, algunas plantas como la valeriana, la pasionaria, la verbena o incluso la flor de espino tienen propiedades relajantes.
Las infusiones tienen una doble ventaja:
• Las propiedades de plantas cuidadosamente seleccionadas,
• el aspecto “ritual” que tranquiliza y prepara para la noche.
Podemos pensar en las soluciones de micronutrición para paliar los problemas del sueño. Generalmente, se utilizan los siguientes principios activos:
Somos conscientes de que, a veces, incluso siguiendo estos buenos consejos, es difícil caer en los brazos de Morfeo. Por este motivo, le ofrecemos SOMNUSIA SUEÑO para favorecer la conciliación del sueño, optimizar la relajación al acostarse, mejorar la calidad del sueño y reducir el cansancio. Se asocian Melatonina, azafrán, manzanilla, escutelaria, GABA y magnesio para obtener los máximos beneficios.
Seguramente ya sepa que el sueño y las nuevas tecnologías no hacen buenas migas. La aparición de estas últimas pone a prueba nuestra conciliación del sueño. Por una parte, la exposición a la luz azul de las pantallas estimula los receptores de la retina, lo que retrasa la conciliación del sueño. Incluso las señales luminosas poco intensas pueden repercutir en la secreción de melatonina. Por otra parte, las redes sociales recurren a nuestra actividad emocional e intelectual. La excitación cognitiva y los pensamientos derivados son perjudiciales para el sueño. Nuestro cerebro necesita seriamente ralentizarse para dormir mejor. Así pues, le recomendamos instaurar un “toque de queda digital”. Esto le permitirá dedicar un momento, propicio para la relajación. Música tranquila o lectura, elija lo que le tranquilice y le resulte agradable. 8
La práctica regular de actividad física es una buena herramienta para mejorar la calidad del sueño. Sin embargo, para no provocar el efecto contrario, le damos algunos consejos. Es preferible practicar la actividad física al menos 3 horas antes de acostarse. El deporte aumenta la temperatura corporal y provoca la liberación de hormonas del estrés y de la vigilia que disminuyen la eficacia del sueño.9
Por último, el entorno de la habitación donde duerme también es importante. Si tiene un sueño ligero, es mejor evitar las ventanas que den a la calle u optar por un doble acristalamiento. En cuanto a la temperatura, ni demasiado calor ni demasiado frío: lo ideal es entre 18 y 20°C. También es mejor dormir a oscuras y, sobre todo, limitar las distracciones luminosas como las luces de la ciudad, del sol o los indicadores de standby. Último punto importante: un buen colchón que cuidemos y que deberemos cambiar idealmente cada 10 años.10
En resumen, ¿qué sabemos sobre el sueño? Es un fenómeno cíclico, muy importante para nuestra salud física y mental. Sin embargo, con demasiada frecuencia lo descuidamos y se ve alterado por el ritmo de vida de nuestras sociedades contemporáneas. Ya es hora de considerarlo en su justa medida y dedicar de nuevo tiempo para dormir. Mediante la alimentación, un estilo de vida saludable y la micronutrición podemos hacer que nuestras noches sean más dulces y relajantes.
FUENTES
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