Su papel en nuestro estado de salud está cada vez mejor documentado. La microbiota intestinal interviene a muchos niveles en el funcionamiento del organismo, y aún no ha desvelado todos sus secretos. Razón de más para cuidarla, empezando por una alimentación adecuada.
En nuestro sistema digestivo viven más de mil especies de microorganismos, mayoritariamente bacterias y levaduras. Esta microbiota desempeña muchas funciones, especialmente, participar en la digestión. Según el Inserm1, los microorganismos presentes en el intestino ayudan, por ejemplo, a fermentar los elementos no digeribles y a asimilar los nutrientes. Las bacterias intestinales también intervienen en otros procesos metabólicos: producen vitaminas indispensables para la respuesta inmunitaria y aminoácidos esenciales. Regulan la absorción de ácidos grasos y minerales como el calcio y el magnesio. Según los descubrimientos2 más recientes, la microbiota intestinal desempeñaría un importante papel en la salud mental, gracias a una comunicación directa entre las bacterias y el cerebro, a través de moléculas producidas en nuestros intestinos.
El desequilibrio de la microbiota intestinal -denominado disbiosis- puede provocar numerosas patologías. Mantener una microbiota sana está al alcance de todos si se adoptan sencillas medidas higiénico-dietéticas.
Varios factores alteran su equilibrio. Entre los más conocidos se encuentran el estrés, la falta de actividad física, un sueño de mala calidad o incluso una alimentación desequilibrada. Adoptar algunos buenos hábitos a diario puede tener un impacto positivo en la microbiota. Un paseo de unos quince minutos después de comer, un ritual relajante antes de acostarse o un poco de meditación durante el día son soluciones al alcance de casi todos.
Por supuesto, la alimentación es la clave para mantener una microbiota equilibrada. Es conveniente limitar los alimentos y nutrientes que han demostrado tener un efecto perjudicial. Es el caso de:
Por el contrario, hay alimentos específicos que contribuyen a mejorar la microbiota intestinal y a preservar una buena salud.
Como complemento de las medidas alimentarias, si su microbiota ya experimenta desequilibrios, se recomienda aportarle una fuente complementaria de probióticos. La gama BACTIVIT del Laboratorio Lescuyer propone una amplia variedad de soluciones para diferentes situaciones. Cada complemento alimenticio contiene una selección de cepas probióticas documentadas y altamente dosificadas.
A continuación figuran dos recetas de desayuno fáciles de preparar para poner en práctica todos nuestros consejos nutricionales. Son ideales para mantener una buena salud intestinal, gracias a su alto contenido en prebióticos y probióticos.
Ingredientes (para una ración):
La noche anterior, mezclar los copos de avena y el kéfir en un bol grande. Añadir la fruta por encima para que se descongele durante la noche y aporte un toque dulce a la preparación. Meter el recipiente en la nevera y tomarlo la mañana siguiente en el desayuno.
Ingredientes (para una ración):
Mezclar todo en una licuadora hasta obtener una textura homogénea. Esperar 30 minutos antes de consumir para que las semillas de chía se hidraten.
FUENTES
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