Esta parte del cuerpo es el blanco del estrés. Ya sea puntual o crónico, ¿cómo afecta a su abdomen y a su salud? Siga nuestros consejos para calmar de forma duradera su estrés y su estómago.
Seguramente haya oído alguna vez que el estómago es como un «segundo cerebro». Y con toda la razón, ya que el aparato digestivo está recubierto por cerca de 200 millones de neuronas. Este «sistema nervioso entérico» es autónomo para hacer la digestión y está comunicado con el sistema nervioso central. En una situación estresante, el cerebro envía una señal a los intestinos, que se contraen en forma de espasmos, acelerando el tránsito... Las consecuencias se sienten enseguida en el estómago.
El intestino no sólo recibe «órdenes» del cerebro, también le envía información. Estas interacciones se realizan a través de hormonas y neurotransmisores. Las neuronas del aparato digestivo producen dopamina y serotonina, dos moléculas estrechamente relacionadas con el bienestar. Este es el motivo por el que los trastornos intestinales pueden repercutir en la salud mental y en la capacidad para gestionar el estrés y la ansiedad.
Muchos estudios también han demostrado que el estrés influye en los miles de millones de bacterias que forman la microbiota intestinal1. La exposición a un solo acontecimiento que provoque ansiedad ya tiene efectos sobre la microbiota. Esta flora intestinal tiene tres funciones: digestiva, de barrera (para impedir que microbios indeseables entren en el organismo) e inmunitaria (más de la mitad de las células inmunitarias se encuentran en los intestinos). Los períodos de estrés, a través de los cambios microbianos que originan, tienen un gran impacto tanto en la salud digestiva como en la inmunidad.
Un período de exámenes, una situación familiar tensa, un informe urgente que entregar en el trabajo... Todas estas situaciones pueden provocar dolores, a veces intensos, bien en el abdomen debido a espasmos intestinales o bien a nivel del estómago. Son los famosos «ardores»: el estrés aumenta la secreción de jugos gástricos y ralentiza el vaciado del estómago. Por otro lado, acelera la motilidad intestinal (capacidad de realizar movimientos espontáneos o reactivos) y la secreción de líquidos. Los alimentos pasan demasiado rápido y la digestión no tiene tiempo de realizarse correctamente, lo que provoca diarrea y distensión abdominal. Tener el vientre hinchado debido al estrés es muy frecuente.
Hoy en día está demostrado que el estrés por sí solo no puede ser la causa de úlceras gástricas. Sin embargo, sigue siendo un factor agravante. Los estudios sugieren que crea una inflamación a nivel de la mucosa protectora que cubre el estómago, haciendo que este sea más sensible al ataque de los jugos ácidos.
Muchas investigaciones confirman también una relación entre el estrés y el empeoramiento de enfermedades digestivas ya existentes, como las enfermedades inflamatorias del intestino2, el síndrome del intestino irritable3 o la enfermedad de reflujo gastroesofágico4.
Lo primero que hay que hacer es reducir la causa de estos dolores de estómago. Actuar de forma general sobre su estilo de vida tendrá un impacto positivo. La práctica regular de una actividad física favorece la secreción de serotonina, la hormona del bienestar, al mismo tiempo que reduce la del cortisol, la hormona del estrés. Por supuesto, no se trata de obligarse a hacer deporte. Disfrute practicando su actividad preferida.
Una alimentación sana y equilibrada le ayudará a limitar los efectos del estrés. A menudo se recomienda aumentar la ingesta de vitaminas del grupo B y de magnesio. Este último se encuentra en el chocolate negro, el cacao, las oleaginosas, los moluscos y el marisco, y las leguminosas.
Las diferentes técnicas de relajación son valiosas aliadas antiestrés: respiración abdominal, coherencia cardiaca, meditación... Le corresponde a usted encontrar la que le resulte más adecuada y se adapte a su estilo de vida. Lo importante es practicarla con regularidad para que actúe como un tratamiento de fondo.
Si necesita un empujón adicional, los suplementos alimenticios antiestrés pueden ayudarle a reducirlo.
El suplemento alimenticio CALMISTRESS del Laboratorio Lescuyer tiene una eficacia probada* para aliviar los efectos del estrés crónico: 7 de cada 10 sujetos están satisfechos con los beneficios obtenidos tras 15 días y el 85% lo están tras 3 meses de suplementación. CALMISTRESS contiene importantes ingredientes que ayudan a reducir significativamente el estrés. Su principal activo es el Lactium (hidrolizado de proteínas), un ingrediente natural que ha sido objeto de numerosos estudios y que actúa sobre el cortisol. En cuanto a las plantas, la amapola de California, la melisa y el espino contribuyen a la calma y la relajación. Este suplemento natural también es rico en magnesio y vitaminas del grupo B.
FUENTES
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